De todas las consultas que un despacho especializado en negligencias medicas recibe, un bajo porcentaje de las mismas acaban en reclamación oficial por falta de viabilidad médica.
Aunque resulte difícil de creer, lo cierto es que un bajo porcentaje de las reclamaciones que se nos presentan por motivo de mala praxis o negligencia médica, acaban en reclamación de daños y perjuicios. Lo cierto es que la profesión médica está muy protegida con los consentimientos informados, y cada día los médicos tienen las «espaldas más cubiertas» ante cualquier eventualidad que pudiera surgir en sus atenciones a los pacientes o en sus intervenciones.
Al margen de ello, no sólo tienen las espaldas cubiertas, sino que también existe un gran corporativismo en la profesión, que hace que los propios médicos a los que se consulta por un posible error de un compañero, pueda sugerir que existe tal error, pero muy difícilmente van a documentar tal opinión. Para que exista una negligencia médica tienen que existir una serie de requisitos claros, sin los cuales, no hace falta que nos esforcemos en reclamar, ya que estaríamos condenado al mas absoluto de los fracasos. Nuestro perito médico hizo un artículo muy bueno sobre cuándo podemos hablar de negligencia, donde recoge todos los puntos importantes a tener en cuenta.
No existe una estadística clara, pero en nuestro despacho, podemos decir que de cada diez consultas que recibimos por negligencia, sólo un 20 %o un 30% de las consultas acaban en reclamación. El motivo es muy simple. No han pasado el filtro del perito médico.
Un despacho de abogados que no sea especializado en negligencias médicas, puede en ocasiones cometer el error de iniciar la reclamación sin perito médico y presentando directamente la reclamación (de hecho, en las reclamaciones contra la Seguridad Social no es necesario el informe pericial ni tampoco la firma de un Letrado). Sin embargo, dicha reclamación, si no ha sido estudiada detenidamente por un profesional especializado y por un perito médico especialista en negligencias de forma conjunta, puede convertirse en una eterna petición que nunca se conteste por la administración, y el día que por fin llegue una respuesta, será claramente desestimatoria.
La extrema dificultad y el alto grado de especialización requerido en este tipo de reclamaciones, hace que sea necesario el asesoramiento previo al inicio de cualquier paso. Sólo de esta forma sabremos si merece la pena empezar la dura batalla, o bien centrarnos mas en recuperarnos físicamente del error cometido y dejar de lado las reclamaciones que no sean realmente viables.
Campo & Cavia Abogados
Departamento Negligencias Médicas