Cuando hablamos de dificultad probatoria en casos de negligencias médicas, hablamos de la extrema complejidad que existe a la hora de poder probar la culpabilidad de un médico con los propios informes que el mismo realiza.
Piénsese que un médico nunca reflejará en un informe que su actuación ha sido negligente, o que podía haber extremado en mayor medida la diligencia médica exigible para atender con mayores garantías al paciente. Sin embargo, es precisamente a través de los propios informes y pruebas médicas realizadas o solicitadas por el propio profesional médico, el camino a través del cual se tiene que investigar si su actuación ha sido negligente.
En cualquier caso, sólo queda pedir un historial médico completo para poder ver qué es lo que ha sucedido exactamente para que se produzca tal resultado lesivo para el paciente.
Pero la dificultad probatoria en casos de mala praxis no acaba allí. Una vez obtenido el historial médico, tenemos que encontrar otro médico (un perito médico) que valore tal negligencia y la catalogue como tal, es decir, que concluya que la actuación del profesional médico que ha causado la mala atención médica, es constitutiva de una mala praxis indemnizable. Para ello, elaborará un dictamen completo en el que razonará los motivos de dicha negligencia.
Con dicho informe, se puede ya hacer oficialmente la reclamación. Nuestros abogados expertos en negligencias médicas, no recomiendan en lineas generales, y salvo casos contados, iniciar una reclamación administrativa sin informe pericia. En caso de reclamaciones judiciales, si no se acompaña tal informe, se trataría de un suicidio de reclamación, ya que no tenemos posibilidad alguna de ganarlo. El perito médico, es el principal aliado y prueba que aportamos para demostrar la mala praxis médica.
Pues bien, ya en sede judicial, las compañías demandadas o médicos demandados u hospitales etc. aportarán también sus propios informes médicos periciales, y en los mismos la conclusión siempre es absolutamente contraria al informe pericial aportado por el perjudicado. Con lo cual, se podría decir que vestidos de profesionales médicos imparciales y honorables, los peritos de las compañías de seguros, no dejan de ser trabajadores al servicio de grandes intereses cuyo único objetivo es dejar sin indemnización a quien ha sufrido un perjuicio y debería ser indemnizado.
Lógicamente no todos los casos son así, y en contadas ocasiones las compañías indemnizan para evitar un juicio que tienen perdido, pero en muchas otras, lucharán hasta el final para despistar al Juez y llegar a demostrar que no hay razón de indemnizar en casos en los que la imprudencia médica salta a la vista.
Campo & Cavia Abogados
Departamento Negligencias médicas