Muchos pacientes sufren errores médicos de mayor o menor gravedad. El dilema que se plantea una vez producida la negligencia médica es si reclamar o no reclamar.
La respuesta no es en absoluto fácil. Realmente los médicos son humanos y pueden cometer errores. El problema es que dichos errores pueden tener consecuencias graves para la salud de los pacientes. Dichos errores pueden ser leves, en cuyo caso las consecuencias si son leves lógicamente difícilmente se reclamará, y también pueden ser menos leves o graves, en cuyo caso hay que valorar la posibilidad de presentar quejas o reclamaciones para evitar que dichas actuaciones médicas vuelvan a suceder, e igualmente para que el paciente pueda ser resarcido económicamente por los perjuicios que pueda sufrir.
Nuestros abogados especializados en negligencias médicas, reciben muchas consultas por pacientes que se quejan por una mala asistencia recibida que es considerada por los mismos como negligencia. Sin embargo, una vez pasado el filtro de los peritos médicos, la inmensa mayoría son descartadas por no cumplir los requisitos de error médicos reclamable. No todos los errores cumplen los requisitos legales y jurisprudenciales para que se pueda reclamar.
Sin embargo, este artículo trata sobre aquellos casos en los que realmente existe un error médico, y se cumplen todos los requisitos para reclamar. No en todos ellos es aconsejable iniciar los trámites judiciales o extrajudiciales para presentar una reclamación. El motivo principal son los costes que pueden acarrear, así como el montante de las indemnizaciones, que si no es mínimamente elevado, hace que sea un negocio poco rentable para el paciente. Con negocio poco rentable, quiero decir que un proceso de tales características, requiere de abogados, de procuradores, de peritos médicos, peticiones de historiales médicos que en ocasiones no son fáciles de conseguir etc. Todo ello constituye un proceso realmente complicado y largo, que en ocasiones haga pensar que realmente cuando no estamos hablando de una reclamación de una cuantía mínimamente importante, aconsejamos sencillamente el no reclamar. En primer lugar porque va a ser más costoso el proceso que lo que pueda obtenerse como indemnización, y en segundo lugar porque la larga espera para la resolución final del proceso, haga que por la poca cuantía que se reclama, considero que es un desgaste psicológico innecesario para el paciente, que en ocasiones sería mejor intentar pasar página y poder superarlo cuanto antes, a estar pendiente del resultado de un proceso que tampoco va a cambiar la vida del paciente desde el punto de vista económico (por la escasa cuantía reclamada).
Lógicamente cuando los perjuicios son importantes y la cuantía que se reclama también, aconsejamos su reclamación cueste el tiempo que cueste llegar hasta el final del proceso. Son procesos complejos, pero cuando los errores son claros por parte de los médicos, las opciones de salir victorioso del mismo son más que probables.
Campo & Cavia Abogados
Departamento Negligencias Médicas