En ocasiones, el testador deja un legado a una persona en concreto, el cual puede suponer una auténtica pesadilla para el heredero.
En ocasiones, una persona realiza un testamento cuando tiene una serie de circunstancias económicas, unos ahorros o una solvencia que puede dejar de tener cuando fallece. En los momentos en los que su solvencia era buena, pudo hacer testamento y dejar un legado a una persona con la que tenía una buena relación o bien un familiar cercano que no es el heredero.
Sin embargo, las circunstancias de la vida van evolucionando, y cambian en ocasiones aquellas personas más allegadas o bien puedes dejar de tener una relación estrecha o cercana con aquella persona a la que en su día dejaste un legado en el testamento. Si el testamento no se cambia y no se adapta a las nuevas circunstancias, puede suceder que al fallecer la persona que realizó el testamento, sale a la luz el testamento que hizo hace años, en el cual aquella persona familiar o amistad íntima que fue beneficiaria del legado, puede ahora reclamar a los herederos legales o forzosos, su parte en la herencia.
Hay muchas formas de intentar reducir los legados, como cuando el importe de la herencia no es suficiente para pagar las legítimas hereditarias o por ejemplo la cuarta faldicia. Sin embargo, si no se nos ocurre ninguna forma legal de reducir dicho legado, el heredero tendrá que soportarlo y abonarlo, procediendo al pago del valor del mismo o la entrega del bien.
Pero ¿qué ocurre en el caso de que sólo exista un bien inmueble y el legado consiste en el pago de una cuantía de dinero de la que no se dispone en cuentas corrientes ni ningún otro producto financiero?.
La solución que tiene el asunto es realmente difícil. Los abogados especialistas en herencias de Campo & Cavia, aconsejamos la negociación con el beneficiario para evitar en la medida de lo posible una futura subasta o venta del único bien inmueble que existe en la herencia. En el caso de que dicho bien inmueble sea la única vivienda del heredero (siendo por ejemplo el cónyuge o pareja del causante), la problemática se hace todavía más sangrante, ya que sin tener dinero para pagar dicha carga hereditaria, sólo queda liquidar el patrimonio para pagar el valor del legado. Sin embargo, con un poco de buena voluntad por todas las partes, la negociación puede conseguir una solución para todas las partes que evite el tener que desalojar el único bien inmueble que tiene el heredero, y por otra parte que el legatario pueda percibir en las condiciones y con las facilidades negociadas, el importe pactado del legado.
Campo & Cavia Abogados
Departamento Herencias