Con la subida que está experimentado el precio de las viviendas en las grandes ciudades, vuelven a tener un atractivo especia para inversores, las compras de nuda propiedad.
Dichas adquisiciones se realizan a precios muy inferiores al del mercado. Lógicamente dicha compra sólo puede interesar en unas circunstancias muy concretas, ya que el nudo propietario no puede disponer de la vivienda hasta dentro de unos años, sin saber de forma exacta cuándo será dicho momento.
Hay que distinguir lo que sería la nuda propiedad y el usufructo. Cuando un inversor compra la nuda propiedad de un inmueble, se convierte en nudo propietario del mismo, lo cual quiere decir que en dicha vivienda se mantiene un usufructuario que es quien tendrá la disponibilidad sobre dicha vivienda (podrá en principio no sólo vivir en ella, sin también alquilarla si decide cambiar de residencia).
Dicho derecho se mantendrá hasta el fallecimiento del usufructuario. Serán dicho momento, cuando el nudo propietario verá eliminada su limitación y por lo tanto pasará a poder disfrutar de forma íntegra de su inversión.
Según la opinión de nuestros asesores inmobiliarios, el tipo de clientes que buscan una inversión de este tipo, son inversores que tienen una disponibilidad de capital para invertir, y no tienen la necesidad de recibir unos beneficios por dicho capital de forma urgente. Es más, son conscientes de que dicha inversión es a largo plazo y no saben a ciencia cierta cuándo podrán llegar a disponer de dicha vivienda.
Por lo que respecta a los usufructuarios, es decir, los propietarios que venden la nuda propiedad, pueden ser personas mayores que a cambio de un capital (por ejemplo unos 50000 Euros) más una renta mensual que puede ser de 500 Euros o incluso del doble de dicha cantidad dependiendo de varios factores, ceden la nuda propiedad.
Quizás se podría decir que los principales perjudicados de dicha operación serían los posibles herederos del usufructurario, los cuales lógicamente perderían dicha vivienda en su herencia, pero por lógica, si una persona vende la nuda propiedad, ya habrá valorado dicha circunstancia y le compensará lógicamente para tener una mayor calidad de vida los años que le resten por vivir.
En definitiva, una inversión que no siempre es aconsejable, pero que puede beneficiar tanto a la persona que vende y adquiere unos ingresos extras vitalicios, y también al inversor que no tiene prisa en recuperar la propiedad completa del inmueble y lo adquiere por un precio inferior al mercado en circunstancias normales.
Campo & Cavia Abogados
Departamento Inmobiliario